Niña ecuatoriana migrante en los Estados Unidos trabaja en los trenes de Nueva York.

Candy seller on the train copy

                                                              

“Me arriesgué a viajar sola por la selva para llegar a este país”, contó Diana, una migrante ecuatoriana de 16 años, quien trabaja todo el día vendiendo dulces en los trenes subterráneos de la ciudad de Nueva York para sobrevivir en Estados Unidos.

Diana es una de los más de 126.000 inmigrantes que han llegado a Nueva York desde la pasada primavera. La ciudad calcula que hay 64.100 inmigrantes en albergues y hoteles. Hace dos meses Diana dejó a su familia en Ambato, Ecuador para migrar. Dejó atrás a sus padres, su hermana mayor y sus amigos con la esperanza de estudiar y vivir con su tía Carmen, de 30 años, en Nueva York. Ella se encuentra entre los más de 300.000 ecuatorianos que ahora viven en el estado de Nueva York.

La pobreza de ingresos de Ecuador alcanza el 46.4 por ciento en zonas rurales, similares al área de donde proviene Diana, de acuerdo a un reporte de las Naciones Unidas. Allí, hay menos trabajos para las mujeres, con una brecha de empleo de 1.6 por ciento. Esta condiciones económicas, sumada al alza de la violencia y la corrupción, contribuyen al aumento de Ecuatorianos que atraviesan Centroamérica en búsqueda de mejores futuros.

“Tenía miedo y tenía frío”, dijo Diana sobre su odisea. Viajó con otras personas que corrían peligro por las condiciones adversas del Tapón del Darién entre Colombia y Panamá. “Viajaba en avión, carros, buses, boyas con gente desconocida”, continuó.  Un coyote fue la persona contratada para llevarla a ella y a otras personas a través de la frontera hacia Estados Unidos. “Solo me quedaba escuchar al coyote, quien se encargó de que yo llegara con vida”.

Después de cruzar la frontera, Diana fue capturada por inmigración y afirmó que estaba buscando visa juvenil porque es menor de edad. La llevaron a un hogar de acogida en Texas y desde allí le permitieron llamar a Carmen, quien le envió documentos de identificación y daban más detalles de sus padres y de la persona que estaría a cargo de Diana.

Al llegar a Nueva York, Diana se dio cuenta  que ganarse la vida es muy difícil. Comparte habitación con su tía en Queens. Su tía dejó a sus dos hijos en Ecuador y espera criarlos en los Estados Unidos. Diana y su tía trabajan juntas en los trenes vendiendo dulces.

Ha dejado de lado sus metas de estudiar mientras trabaja, ganando poco más de 50 dólares al día para enviar dinero a sus padres en Ecuador. En Estados Unidos, tener documentos legales, como un número de seguro social o un permiso de trabajo, es necesario para ser contratado por la mayoría de las empresas. Para las personas indocumentadas, como Diana, es más difícil conseguir un trabajo.

Diana comienza su día a las 9 a. m., en la última parada del tren R, Forest Hill-71 Avenue. Camina entre los vagones del tren, uno tras uno, vendiendo chicles, galletas Oreo, chocolates y otros dulces que compra al por mayor en BJ ‘s. Ella vende los productos por $2, o 3 por $5. Trabaja hasta las 8 p.m. y solo se toma un poco de  tiempo para comer e ir a un lugar de encuentro con su tía. “Quiero estudiar pero el colegio no me acepta, por eso trabajo”, dijo Diana. Ella postuló para una escuela  en Queens pero no ha sido aceptada porque no tiene identificación, comprobante de domicilio ni información de su escuela en Ecuador. Carmen ha estado intentando conseguir los documentos  para Diana.

Diana tiene un caso de inmigración para solicitantes de visa juvenil. Si se le conceden la clasificación SIJ  podrá calificar para la residencia permanente legal,también conocida como “Tarjeta Verde”. Este proceso tomará tiempo  pero si Diana califica, obtendrá más oportunidades y ayuda.

El mayor temor de Diana es no poder comunicarse en inglés, pero eso no la detiene. “He tenido miedo al cruzar los vagones y la policía me ha advertido que no siga vendiendo, pero esta es mi única opción para sobrevivir”, dijo. Espera poder ingresar pronto a la escuela y tener la oportunidad de conseguir un buen trabajo. Carmen la apoyará para que pueda seguir adelante. Lo único que buscan es salir adelante y tener un buen futuro.