Estudiantes con discapacidades físicas sufren desigualdad al obtener una educación superior en algunos campus de la Universidad de la Ciudad de Nueva York (CUNY).
David Williams es un estudiante de psicología, que fue diagnosticado con esclerosis múltiple remitente-transcurrida (EMRR) cuando tenía 22 años de edad. Según John Hopkins Medicine, este tipo de enfermedad afecta el sistema nervioso y produce recaídas, que puede provocar problemas con la visión, debilidad y fatiga, falta de coordinación, y varios otros síntomas.
“Aunque no tengo dolor, me provoca extrema debilidad muscular, especialmente en mi pierna derecha, y me afecta la vista”, explica Williams, lo que justifica la necesidad de un andador para navegar de forma segura y evitar accidentes por los pasillos de la universidad.
Williams es un estudiante transferido de Kingsborough Community College, que actualmente asiste a The City College of New York, siendo ambos campus parte del sistema de CUNY.
Sus compañeros de la clase de estadística lo describen como un “extrovertido”, a quien todos conocen, que llega primero a la clase, con una actitud positiva.
David Williams es uno de los miles de estudiantes con discapacidades físicas que asisten a la Universidad de la Ciudad de Nueva York que suelen recibir una mejor o peor calidad educativa dependiendo del campus al que asistan.
Una vez que un estudiante con una discapacidad se registra en la Oficina de Accesibilidad en uno de los 25 campus del sistema de CUNY, se le proporciona un documento que describe las adaptaciones necesarias para que el estudiante con una o varias discapacidades pueda tener una experiencia exitosa a lo largo de sus estudios en la universidad. Lo que luego se comparte con los profesores, sin necesidad de divulgar la discapacidad del estudiante. Pero, según los estudiantes con discapacidades entrevistados para este reporte, existe una evidente falta de igualdad e inclusión en el sistema educativo de la universidad pública de la ciudad de Nueva York.
David Williams está registrado en la Oficina de Accesibilidad en su respectiva escuela. También lo están Ryan y Ashley, a quienes hemos decidido proteger su identidad con un seudónimo para evitar represalias.
Ryan es legalmente ciego. Todavía tiene un poco de visión, ya que ve formas borrosas aunque no pueda distinguir los detalles ni los colores. “Físicamente no puedo leer ningún material impreso, por lo que dependo de la tecnología y sus características de accesibilidad”, explicó.
Ashley es una estudiante ciega, quien expresa enfrentar un sinnúmero de dificultades cuando utiliza el sistema computarizado de CUNY.
Según las historias personales de David Williams, Ryan y Ashley, HarlemView ha identificado cuatro causas principales para la falta de inclusión e igualdad en las escuelas de CUNY.
Según lo reportado, varios de los edificios en los distintos campus de CUNY no son del todo accesibles para personas con discapacidades. Tampoco es obligatorio que el profesorado reciba la formación necesaria para aprender a apoyar a los estudiantes registrados en las oficinas de accesibilidad del sistema. Existe una falta de derogación de recursos financieros asignados a las oficinas de accesibilidad en los campus de CUNY. Y el sistema tecnológico de CUNYfirst no es accesible para los estudiantes con limitaciones visuales.
Estudiantes han reportado la recurrente falta de funcionamiento de las escaleras eléctricas y los elevadores, lo que dificulta el acceso al campus para quienes tienen restricciones motrices como Williams. La entrada principal a la Cohen Library en el campus de City College está localizada en la segunda planta del edificio central, que suele ser el lugar por donde los estudiantes acceden al centro tecnológico, que se encuentra en el primer nivel. A pesar de que existe una entrada en el primer nivel de la biblioteca, por donde se puede entrar al centro tecnológico, no está abierto a los estudiantes.
El viaje de David Williams hacia el centro tecnológico comienza caminando un largo corredor hacia la puerta principal del edificio, donde muestra su ID de la escuela para entrar al edificio. Sigue hacia el elevador en el primer piso, que a veces hay que esperar hasta 10 minutos porque funciona con lentitud. Luego, camina hacia la entrada principal de la biblioteca, muestra su ID otra vez, y sigue caminando hacia un segundo elevador dentro de la biblioteca, por el cual también debe esperar, para viajar hacia el piso de planta baja y poder acceder al centro de tecnología. Williams dijo ser un proceso físicamente muy agotador.
“No voy tanto a la biblioteca debido a todo el trabajo que tengo que hacer para llegar allí. Solo voy al centro de tecnología cuando necesito imprimir algo. Todo el viaje me agota”.
A pesar de que Ryan indica que todos en la Oficina de Accesibilidad son “muy amables, compasivos, profesionales y muy eficientes”, su experiencia con algunos profesores ha sido frustrante hasta el punto de sentirse impotente.
El documento de adaptación por discapacidad de Ryan indica que puede solicitar material de clase en formato digital, que debería ser entregado por el profesor por lo menos un día antes de la sesión de clase. Durante el semestre de otoño de 2022, cuando uno de sus profesores no cumplió con este requisito, Ryan le pidió que le proporcionara la presentación de PowerPoint que utilizó durante la clase en un formato digital posterior a la clase.
“¡Yo no proporciono adaptaciones a nadie!”, recuerda Ryan sobre su conversación con el profesor, quien nunca le hizo llegar la presentación. Fue el consejero de Ryan en la Oficina de Accesibilidad quien tomó la iniciativa de proporcionarle la presentación en formato digital para que Ryan pudiera leerla por su cuenta con la ayuda de las herramientas de accesibilidad en su computadora.
“Tuve que trabajar varias horas adicionales para poder repasar el material que no había podido leer junto con el resto de la clase”, expresa Ryan con una expresión acongojada, triste, y la mirada hacia abajo.
La reacción del profesor de Ryan, que además de no ser el único, sirve como ejemplo nefasto de un sistema educativo que procura dar importancia a las adaptaciones necesarias para que los estudiantes con discapacidades tengan una buena experiencia educativa. Es más, van en contra de lo citado en el sitio web de CUNY, que cuestiona las acomodaciones dadas a los estudiantes, bajo la sección de “Preguntas más frecuentes para profesores”.
En entrevistas con cinco profesores del sistema de CUNY que impartieron clases en el año académico 2022 – 2023, HarlemView se enteró que a ninguno se les había requerido completar algún entrenamiento para aprender cómo apoyar a estudiantes con discapacidades. Lo que podría explicar por qué existen profesores en CUNY que se niegan a cumplir o que hacen tan difícil el proceso de proveer acomodaciones para estudiantes con discapacidades físicas.
Un experto en asuntos de accesibilidad en CUNY (debido al cargo que ocupa, hemos decidido no revelar su identidad) indicó que uno de los pasos importantes para lograr que este grupo de estudiantes reciban lo que necesita para obtener una experiencia exitosa en sus estudios es que los maestros reciban el entrenamiento necesario.
“Haría una gran diferencia. ¡Absolutamente!”, dijo el experto al ser cuestionado sobre la necesidad de entrenar a los profesores de CUNY en temas de acomodaciones.
Además, dijo, que el entrenamiento especializado en discapacidades permitiría desarrollar una comunidad de alianza entre profesores, el personal, las oficinas de accesibilidad y los estudiantes para abordar más eficientemente los asuntos de accesibilidad en los campus del sistema de CUNY. Dijo que juntos podrían encontrar soluciones a posibles deficiencias, con el fin de proveer una educación equitativa para todos los estudiantes.
Según una fuente en CUNY, un tercer obstáculo para que los estudiantes con discapacidades físicas puedan tener una experiencia exitosa en sus estudios radica en el presupuesto: dijo que una oficina de accesibilidad en CUNY regularmente solo obtiene fondos suficientes para cubrir el salario del personal en la oficina de accesibilidad. Como resultado, las oficinas no tienen los fondos necesarios para obtener provisiones necesarias a tiempo para los estudiantes con discapacidades físicas como, por ejemplo, equipos especializados para estudiantes ciegos.
Ryan explicó que, durante su primer semestre, debido a su presupuesto fijo, le resultaba imposible invertir en un amplificador de video para personas legalmente ciegas. Esto fue refiriéndose al CloverBook Pro portable, que tiene el valor de $2,995, más impuestos.
“Esta tecnología me podría haber ahorrado cientos de horas extras de estudio y la habilidad de participar más de lleno en clase al haber podido leer lo que la maestra escribía en la pizarra, tal como lo hacen los demás estudiantes sin discapacidades”, explicó Ryan, quien se tuvo que conformar con tomar apuntes y grabar la instrucciones para luego repasarlas por horas en casa.
Si la oficina de accesibilidad tuviera un presupuesto disponible para asistir a estudiantes con discapacidades físicas, que normalmente tienen necesidades individuales, podrían tener más libertad para poder recurrir a estos recursos y poder brindar la ayuda práctica que estos estudiantes requieren con el fin de proveer una mejor oportunidad de progresar en sus estudios.
Según Steve Doig, un experto en la Ley de Estadounidenses con Discapacidades (ADA) y profesor de Periodismo en la Escuela de Periodismo y Comunicación Walter Cronkite de la Universidad Estatal de Arizona (ASU), la falta de atenciones para las personas con discapacidades viene dada desde la gerencia universitaria.
“Los estudiantes con discapacidades deben ser una prioridad desde el puesto más alto de administración en una universidad, para que se refleje claramente en el presupuesto establecido para las oficinas de accesibilidad en los campus que existen, con el propósito de brindar el apoyo necesario para este grupo de estudiantes”.
Otro espacio donde se denota la falta de prioridad dada a los estudiantes con discapacidades físicas es en el sitio web CUNYfirst, que no cumple con las pautas de accesibilidad necesarias para que la comunidad estudiantil cuente con acomodaciones para quienes tengan visión limitada o falta completa de la visión.
En el sistema de CUNYfirst, los estudiantes tienen más de 20 opciones a navegar: admisiones, ayuda financiera, registración para clases, Blackboard y récords académicos. Blackboard es la opción para acceder al currículum de clases, a materiales de apoyo del currículo, calificaciones, y mantener comunicación con los profesores y sus asistentes de instrucción.
“Blackboard fue creado hace mucho tiempo. Los diseñadores no lo diseñaron para personas ciegas”, compartió Ashley sobre su experiencia con la web.
Y es que los problemas de accesibilidad de CUNYfirst, que incluye Blackboard, son bastante serios. HarlemView obtuvo documentos electrónicos que confirman las quejas presentadas por los estudiantes del sistema de CUNY acerca de la falta de accesibilidad al utilizar el sistema de CUNYfirst ante la Oficina de Derechos Civiles del Departamento de Educación de los Estados Unidos.
Los documentos obtenidos indican que, en respuesta a una queja presentada por un estudiante a finales de 2021, “la universidad (CUNY) firmó voluntariamente un acuerdo con el DOJ (Departamento de Justicia)”, lo que demuestra que aceptan su responsabilidad por las fallas en el sistema de CUNYF
Según estos documentos, CUNY también “acepta verificar y garantizar la accesibilidad de todos los productos, plataformas y aplicaciones de aprendizaje en línea y terceras entidades utilizadas en los cursos de la universidad…”. Sin embargo, Ryan confirmó no haber notado cambios drásticos en el diseño del sistema de CUNYfirst, incluyendo Blackboard.
“No he notado ninguna diferencia entre lo que está disponible actualmente en comparación al semestre de otoño de 2022”, dijo el estudiante en una entrevista en abril de 2023.
HarlemView no obtuvo información sobre el plazo límite que se le ha concedido a CUNY para cumplir el acuerdo con el Departamento de Justicia.
Las historias y experiencias personales de David Williams, Ryan y Ashley sostienen lo infernal que se ha vuelto ser un estudiantes de CUNY con discapacidades físicas, ya que soportan malos tratos e injusticias por parte de un sistema que se supone que debe protegerlos y brindarles el apoyo que necesitan desesperadamente para completar su trayectoria en la educación superior. La falta de comparecencia de las quejas del estudiantado confirma que las necesidades de los estudiantes con discapacidades físicas no son una prioridad para la gerencia de las escuelas de CUNY.
Tres de los cuatro problemas presentados en este reporte del HarlemView están violando los derechos que protegen a los estudiantes con discapacidades físicas:
- Los estudiantes tienen el derecho de acceder a todos los lugares abiertos al público en los campus de las escuelas de CUNY.
- Estudiantes con discapacidades tienen derecho a acomodaciones según la Ley de Rehabilitación de 1973 y la Ley de Estadounidenses con Discapacidades (ADA) de 1990, sección 54.
- La ley de ADA requiere que todo sitio electrónico sea accesible, incluyendo el sistema de CUNYfirst.
Estudiantes como David Williams, Ryan, Ashley y otros con discapacidades físicas escogen asistir a uno de los campus de CUNY, porque es la opción más accesible para poder lograr una educación superior en la ciudad de Nueva York, en su mayoría, con el fin de obtener un trabajo digno que les permita ser financieramente independientes. Por el momento, les queda un largo, frustrante y agotador camino a fin de lograr sus metas académicas y profesionales.
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